La producción porcícola tiene varias etapas que son: cría, precebos, levante y ceba; cada una de estas etapas se caracteriza por un manejo técnico especial para lograr el mejor producto en cada caso.
Hay una necesidad de las granjas de ceba de obtener lechones sanos, con peso adecuado, de alta genética y adecuada nutrición con destino a engorde. A su vez, la eficiencia en el proceso de engorde depende en gran parte de la obtención de lechones adecuados.
Las granjas que producen lechones, promueven con anterioridad su producción entre las granjas de engorde. Los lechones se venden en la puerta de la granja de cría y el transporte al sitio de ceba está a cargo del comprador.
Mediante un contrato, se asegura el cliente; en el contrato se especifica que el lechón va sano, sin heridas, sin inflamación en las articulaciones, sin hernias, con su plan vacunal, desparasitado y del peso promedio establecido. La venta se hace por kilos de peso en pie.
Una cerda puede producir entre 12 y 14 lechones en cada parto. Es una especie prolífica.
Los lechones pasan a la granja de ceba en donde van a alcanzar un peso superior a los 100 kilos para la venta a consumo, consumiendo casi 200 kilos de concentrado en esta etapa. La conversión en esta etapa es de 2,3 kilos de alimento por cada kilo ganado.
La carne de cerdo gana cada vez más aceptación en el mercado nacional. Su consumo es creciente y el promedio actual está en 4,6 kilos/persona/año siendo el departamento de Antioquia el mayor consumidor con 15,2 kilo/persona/año y a su vez el mayor productor.
Los beneficios de la carne de cerdo incluyen poca cantidad de grasa saturada, calorías y colesterol que contradicen su mala fama. Esto se debe a la producción tecnificada que surte actualmente la demanda de este producto.